sábado, 15 de septiembre de 2007

Con la lágrima fácil


“Sensible”, me dice al percibir mi estremecimiento en el cine, cuando comprendo que guerras, holocaustos y masacres sobrevendrán frente a mis ojos.
Y asiento, conteniendo las lágrimas que pelean contra los párpados por traspasar mis pestañas.
Respiro, el erizar de mi piel regresa a su normalidad, la nariz se sonrosa nuevamente, y ya está, ya está…
Por un rato.
..............................................................................
Página 12 cumple 20 años. “¡Veinte años!”, pienso, mis veinte años, los del diario, lo que pasó, lo que ya no volverá, lo que sí vuelve, lo que nunca se va.
Son las imágenes, la portada en blanco cuando se firmaron los indultos, el Cordobazo, los estudiantes y sus reclamos apaleados por los eufemísticos “bastones largos”, Cámpora y las ilusiones, Ezeiza, José León Suárez y Walsh, y Trelew y Mugica y los Palotinos y los nietos y Lepratti y las Madres y…
Es la música, los caballos blancos, los hombres de hierro, la rata Laly, el cuadro del fondo del océano y sus palabras que nos vuelven caballitos de mar al escucharlo, la canción para Beto, que mira desde el fondo del escenario y, entre risas, vuelve a colocar el micrófono en su lugar cuando él lo empuja con el hombro mientras, con la letra y la armónica, le agradece que sea sus manos, sus piernas, su alimento, su sed, su amigo.
Todo está clavado en la memoria”, dice León y yo repito, “espina de la vida y de la historia”.
Y es la danza, cuando su silla de ruedas va y viene y gira, contornea la pista, agita sus brazos, envuelve a su compañera, baila suave y encanta, con sus movimientos, con su expresión.
Mi estómago se estremece, mi pecho se llena de golpe y lo siento subir. No, basta, basta. Llega a la garganta, estrujo mi cara, aprieto los dientes y aún insiste. Se asoma a los cuencos, amaga en equilibrio y la gravedad es más fuerte. La primera lágrima cae y sus cómplices la siguen. Trato de que no me vea. Es tarde. No quiero que piense que soy una llorona, es sólo que… “todo está guardado en la memoria”, esa que pincha hasta sangrar.
..............................................................................
No tenía que escucharlo pero lo hice. ¿Curiosidad? ¿Nostalgia? “La tristeza de una noche en pena”, amanecí cantando. ¿Por qué? Estaría en vivo en la radio, dijo. Tal vez… si me acuerdo quizás pensé. Y claro que me acordé. Y lo tocó. Su tema, mi tema. En realidad es suyo, pero yo estoy ahí, tan presente. ¿Dónde está? ¿Quién se lo llevó? ¿En qué tiempo y lugar?
Todo está guardado en la memoria, sueño de la vida y de la historia...
Una noche casual, un verano casual, una tristeza casual. Ayer, hace años, hoy. Las risas de aquel tiempo, epifanía sutil, las lágrimas presentes.
Tal vez, y sólo tal vez, yo también “besé al alma equivocada”.
..............................................................................
Y ahora sé que es (era y será), sobre todo, la música. Esa que nos une, nos circunda, nos hermana, nos recuerda, nos transporta, nos devuelve y nos revuelve.
La memoria despierta para herir…”, dice León. Y también para producir, para emocionar, para escribir, para no olvidar, y para seguir.