viernes, 12 de diciembre de 2014

Lo que aprendí (este año)



Que todo vuelve y la vida es una cadena: de favores, de errores, de aciertos, de olvidos.
Que tengo que decir que no más seguido. 
Que tengo que pedir ayuda más seguido.
Que cuando parece que estamos solos, hay muchos alrededor.
Que en los peores momentos estamos solos, y son muy pocos los que están alrededor.
Que a veces, cuando todo está perdido, aparecen esas personas inesperadas.
Que hay gente nefasta. Gente que no.
Que quienes estuvieron este año son pocos, valiosos y merecen todo mi respeto.
Que nada me importa más que: hacer el recorrido, saber adónde voy.
Que Cerati compuso un par de temas zarpados.
Que la distancia entre emisión y recepción puede ser un abismo.
Que la verdulería tiene delivery.
Que puedo vivir comiendo la misma comida todos los días.
Que no puedo vivir sin: viajar, volar, bailar, saltar, soltar.
Que la energía psíquica (también) tiene un límite.
Que tengo más energía de la energía que creo que tengo.
Que hay que defender la alegría, siempre.
Que el tiempo es una medida relativa.
Que nunca voy a dejar de aprender.
Que poner el punto final puede ser de las cosas más angustiantes, o de las mejores que suceden en la vida.