viernes, 12 de diciembre de 2014

Lo que aprendí (este año)



Que todo vuelve y la vida es una cadena: de favores, de errores, de aciertos, de olvidos.
Que tengo que decir que no más seguido. 
Que tengo que pedir ayuda más seguido.
Que cuando parece que estamos solos, hay muchos alrededor.
Que en los peores momentos estamos solos, y son muy pocos los que están alrededor.
Que a veces, cuando todo está perdido, aparecen esas personas inesperadas.
Que hay gente nefasta. Gente que no.
Que quienes estuvieron este año son pocos, valiosos y merecen todo mi respeto.
Que nada me importa más que: hacer el recorrido, saber adónde voy.
Que Cerati compuso un par de temas zarpados.
Que la distancia entre emisión y recepción puede ser un abismo.
Que la verdulería tiene delivery.
Que puedo vivir comiendo la misma comida todos los días.
Que no puedo vivir sin: viajar, volar, bailar, saltar, soltar.
Que la energía psíquica (también) tiene un límite.
Que tengo más energía de la energía que creo que tengo.
Que hay que defender la alegría, siempre.
Que el tiempo es una medida relativa.
Que nunca voy a dejar de aprender.
Que poner el punto final puede ser de las cosas más angustiantes, o de las mejores que suceden en la vida.

sábado, 25 de enero de 2014

Último tango



Él la miró a los ojos
y le sonrió chiquito
llenándole la copa.
El último baile –dijo ella–
para llevarme tu olor entre mi ropa.

No fue un final en llamas
de esos que cuenta el cine,
su adiós de madrugada,
miró hacia el salón en la penumbra
y se aferró a su cintura encadenada.

Y se tangueó esa noche
último tango,
alcohol y despedida.
Y ella sonrió en silencio
y él dibujó su adiós sobre la pista.

Quiero morir –le dijo–
si me abandona el eco de esta pieza.
Quiero creer que este tango y tus caderas
son tan ciertos,
como el viento, vos y yo y la primavera

Tango
Lerdo
Llanto
Amo
Pierdo
Canto

Tengo tango
siento tango
muero en tango y vos te vas.
Vivo tango
fuego tango
bailo tango y ya no estás.



(Letra: Raimundo Rosales)