Un nuevo año. Lejos, viajando entre montañas. Cruzando nubes, desiertos, salares, lagunas, ruinas. Conociendo gente, historias, costumbres, idiomas, sabores. Creciendo. Viajar para encontrar y encontrarse. Un día, una mañana, siempre. No dejar nunca de tener alma viajera. Esa mirada curiosa y las ganas de descubrirlo todo. Aunque la tierra debajo de los pies no se mueva. Y volver porque siempre hay que volver. Una noche, una tarde cualquiera.
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