domingo, 15 de mayo de 2011

El ex tan especial

Cuando te busco no estás
cuando te encuentro
te vas


20 de marzo, mediodía.
Mensaje de cumpleaños con un día de delay: Se q anduviste de cumpleaños. Por eso mismo, te mando un beso grande grande.
¿Cómo lo sabe? ¿Te vio? ¿Te cruzaste con algún amigo en común en el festejo que recordás tan mal?
No. Sólo quiere hacerse el que sabe. El que sabe que bailaste chacarera la noche anterior. Él, que sabe que no estaba ahí. El que sabe que pensaste en él. Él, que sabe que no sabe nada. El que sabe que un poco también estaba.
Él, que cree que el mundo gira a su alrededor. El que durante los últimos tres o cuatro años te saludó un día después de tu cumpleaños porque no es como todos los que te saludan el día de tu cumpleaños. Él es especial. Por eso sabe –cree saber- que merece un tratamiento especial. Un saludo especial. Un día especial en el que sea el único que te salude. No como el resto.
Pero se acordó en tu día. Porque vio esa luna de tamaño gigante que el cielo te regaló, tan cerca de la tierra, como no ocurría desde hacía 20 años. Y ahora te lee y dice que te siente bien, porque lo intuye, porque siempre fue tan intuitivo, aunque estés tan lejos… Y admitís que tiene razón, que estás bien, feliz, tan lejos. Preguntás cómo está él. Por cortesía, por educación. Porque también intuís cómo está. Puliendo detalles, contesta, sin exagerar, más tranquilo que antes.
Sin exagerar, te dice, igual que siempre.

1° de mayo, 1.30am.
Mensaje raro a una hora extraña: El rumor d un romance entre boudou y marcela tynare me despabiló el finde semana (sic).
Se equivocó de destinatario, pensás.
Nunca se equivocaría con vos.
Es feriado. Un día especial. Como él.
Te reís. Le contestás que Ahá, que vos venís de ver una obra de travestis con sida y que caíste en una fiesta en una casa zarpada, en la que a vos o a él les gustaría vivir. Feliz feriado.
Te pide la dirección de la fiesta.
Dudás.
No le contestás.

Lo hacés al día siguiente, porque vos no sos como él, no te gusta no contestar, pero no sabés qué decir, porque no hay nada que decir más que no te contesté porque no tuve ganas, porque no te podés aparecer así cuando se te canta y desaparecer así cuando se te canta
Porque te dio miedo.
Te respondió muchas horas después que no sabía de qué le estabas hablando, que los domingos lo aletargan, que perdón.
¿Fue real? ¿Eso pasó de verdad?
Sí. Y vos tampoco sabías de qué estaban hablando. Ni por qué.
Pero supiste, una vez más, que era el de siempre.

Una hora más tarde dijo que entendió lo de los feriados. Que no te asustes, que sucede sólo a veces. Que un día te llama para hablar. Si vos querés, claro.



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