lunes, 10 de diciembre de 2012

9D






-    Democracia. Dee-moo-craa-cia.
 

Vuelvo de la Plaza de Mayo. Camino por Reconquista hacia Córdoba. No puedo creer que los subtes estén cerrados. Es tarde, es cierto. Pero igual no puedo creer que los subtes no funcionen hasta tarde en una ciudad donde la gente sale, se junta y llena una Plaza hasta muy tarde.
 

Camino por la peatonal hacia el norte. Vivo en el sur, pero después de muchas marchas, por  fin recordé que el norte es la mejor forma de salir de una plaza repleta de gente.
La multitud se desparrama mientras avanzo. Y, cuando el sonido de la percusión se aleja, escucho:
 

-    Democracia. Decí “democracia”, hijo. Vamos, aprendé esta palabra: de-mo-cra-cia
 

Y un balbuceo de “cracia” que responde.
 

Me doy vuelta. Es un nene en los hombros de un padre joven.
 

-    Dale: DE-MO-CRA-CIA.
 

Él, de un año y pico, en los hombros de papá, aprende a decir DEMOCRACIA, cuando ella está a punto de cumplir 29.
 

Pienso en lo que sería de la Argentina si todos aprendiéramos lo que esto significa a tan temprana edad.
 

Que nunca olvide la lección.

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